Durante miles de años, China fue un imperio gobernado por emperadores de familias reales sucesivas llamadas dinastías. Durante ese tiempo los chinos inventaron muchas cosas: papel, tinta, seda, imprenta y pólvora. China estuvo aislada del resto del mundo hasta el siglo XIX cuando las potencias extranjeras la obligaron a abrir sus puertas al comercio. El gobierno dinástico acabó en 1911 y China se volvió una república. En la imagen, la Gran Muralla de la Dinastia Qin.
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