Tutankamón fue un faraón de la dinastía XVIII de Egipto, que murió a los 18 o 19 años de edad. En 1922 el egiptólogo Howard Carter encontró su tumba que ya tenía más de 3.000 años de antigüedad. Tras su desentierro, personas relacionadas con el descubrimiento comenzaron a morir. Howard también había encontrado un ostracon (pedazo de arcilla) en la antecámara de la tumba que decía: «La muerte golpeará con su bieldo a aquel que turbe el reposo del faraón». Según la supuesta maldición, ésta fue la causante de las sucesivas y misteriosas muertes de las personas participes del descubrimiento y de los extraños hechos sucedidos en el Cairo. Sin embargo, Howard murió 17 años después del descubrimiento y por causas naturales, y estas muertes y misteriosos sucesos relacionados al faraón siguen siendo solo una leyenda.
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